“DEJADOS DE LADO POR AÑOS,
ANCIANOS Y ENFERMOS REQUIEREN AYUDA URGENTE DE TODOS PARA TENER UNA VIDA DIGNA”.
Salerosa, María del Carmen Muñoz Torres, de
79 años, es una de las 324 personas que viven en el Centro de
Atención Residencial Geronto-Geriátrico Ignacia Rodulfo Viuda de Canevaro,
el más tradicional hogar para adultos mayores de nuestra capital,
perteneciente a la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana y cuyo fin es
dar atención integral a adultos mayores en abandono, sin familia, en
riesgo social o en pobreza .
Ella, ex trabajadora del hogar, se ha puesto su mejor
traje. Siente que aún está de fiesta por el aniversario 32 del
centro que la acoge, inaugurado el 27 de agosto de 1982. El haber sido extra en
la película peruana “Viejos amigos” la ha vuelto íntima
de las cámaras. Pero en medio de las muñecas que adornan su cama, una pregunta
borra de súbito el brillo de sus ojos y los enrojece, lo que resalta más
las pecas de sus mejillas: ¿Alguien la visita?
“Nadie viene a verme. Aunque tuve mi
pareja, nunca me casé y él ya murió. Tampoco tuve hijos. Estoy sola. Acá
en Canevaro eso es muy común”.
“Nunca olvidaré a una pareja
de viejitos a los que llamé ‘Los Pajaritos’. Todos los días
se sentaban en una banca del jardín. Ella –de pronto se le quiebra la voz–
siempre le decía a él:
‘Papito, no han venido los chicos’. Y él le respondía: ‘Seguro
que tienen mucho que hacer, pero ya vendrán, mamita. Mejor vamos a comer’.
Y nunca nadie vino a verlos. Ella murió primero y al poco tiempo, él”,
recuerda. María del Carmen
no puede evitar las lágrimas. “Por eso, no se olviden de que estamos
vivos y que necesitamos compañía. Aunque acá agarras
confianza con otros albergados, nada se compara con la alegría
de que alguien de fuera te visite: si no hay familia, aunque sea las amistades”,
implora.
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